viernes, 12 de marzo de 2010

En provecho del panucho

Arribo del vuelo 134 procedente de la Ciudad de México con destino a Cancún. Ahí empieza todo, dejar la gran urbe para conocer la provincia peninsular. Olvidar ser uno de los 8.6 millones de capitalinos que días tras día disputan en aceras, caminos, transporte, trabajos, escuelas; un espacio, una oportunidad que les permita sobresalir de entre el resto. Para empezar a entender la paciencia de una población cercana al millón y medio de habitantes.

Aquí no hay prisa que ocasione estrés y desesperación, ni el calor sirve como excusa para actuar de dicha manera. En los primeros días me era inaudito ver el azul del cielo por más de tres días. Me extrañaba ver escasos 5 perros callejeros, cuando la costumbre era hallar la misma cantidad en cada esquina y rincón. Me tranquilizaba olvidar el sonido de las bocinas de los automóviles y el inmenso tráfico que estos ocasionan en la avenida insurgentes por más de dos horas.

Hasta los pleitos son distintos, una pequeña riña que no pasa de dos frases altisonantes sin muestras odio si no de molestia. No hay disturbio, golpes, amenazas, gritos ajenos, nada eso parece existir aquí. Nadie reclama lo que no supone de cierto, el silencio es compañero de las personas, no les inmuta en lo absoluto vivir a través de el.

El transporte público es un claro reflejo de la soltura con que viven las personas, sencillez disfrazada de indiferencia. Un servicio eficaz, sin impertinencias que lamentar. No suben vendedores disfrazando productos con amenazas, los que suben lo hacen con la sinceridad de conseguir una moneda sin alterar las diversas tranquilidades.

Arribo a mi destino, el modulo del IFE ubicado en la Supermanzana 93. Mi acometido, tramitar mi nueva credencial de elector. Hago fila detrás de 8 personas de las cuales algunas desconocen que el 4 de julio del presente año el estado de Quintana Roo tendrá elecciones para Gobernador, Presidentes municipales, y diputados locales. Otras tantas no tienen idea de la documentación necesaria para llevar a cabo dicho trámite.

Estamos a escasos días de la carrera electoral. Para ser precisos el 16 de marzo es la fecha apuntada en el calendario electoral. Los nombres de los posibles candidatos son diversos, aunque dentro y fuera del estado los colores de la victoria se prevén tricolores. No es por ser adivino o estadista, es fácil reconocer una situación como ésta en un lugar en donde todos los gobiernos han sido institucionales.

Un estado joven, antes denominado territorio federal. Primeramente por el dictador Porfirio Díaz en el año de 1902, y definitivamente en 1934 por el presidente Lázaro Cárdenas. Los años y la historia de esta entidad han ido de la mano a la subordinación de su estado vecino, Yucatán, del cual obtienen su historia prehispánica, así como una serie de rasgos culturales.

Mas en el año de 1972, con el presidente Luís Echeverría, apenas un año depuse de la matanza en las afueras del metro normal de la ciudad de México. Se erige a Quintana Roo como estado, es decir, su administración política y económica podía ser abastecida de manera competente por la población quintana rooense que en ese entonces superaba los 80, 000 habitantes.

A lo largo de esos más de treinta años, el PRI ha triunfado en el estado peninsular. No hay presencia de la oposición y no se vaticina que la haya en algún tiempo. La situación política actual en México lo enfatiza, transpira resultados similares en diversos estados. La gente parece carecer de memoria política, mientras algunos aseguran preferir mal conocido que mal por estar padeciendo, como lo ha sido el novenario panista.

Mientras, me dirijo al lugar donde me hospedo. Al llegar al cruce de las avenidas Niños Héroes y Kabah, en el campo de fútbol llanero “El cárcamo”, el partido de la Revolución festeja sus 81 años de edad. entre playeras rojas y expectativas musicales. Lo hace demostrando fortaleza y a sabiendas que en los próximos tres años el retorno al poder es una certeza que empieza por las gubernaturas estatales.

Llego a mi morada, lo hago pensativo. En mi cabeza pasan miles de cosas entre ellas el comprender que las verdaderas acciones que mutaran al país en 2012, están fuera del D.F. Peor aún, son tan externas que nuestro ensimismamiento no es capaz de entender la historia, la política, la población y la sensación ajena a ese pequeño monstruo centralizado. Olvidamos que donde termina nuestras divisiones empiezan las de los demás en un proceso del que todos hablan y del cual desconocen en carne propia.

Por lo mientras me aseguro que mi estadía aquí será una situación para extrañar lo que deje, valorar lo que empiezo a encontrar, entender lo que creí saber y comprender lo que desconocía por verdadero. Sin mayor preámbulo me dispongo a cenar un panucho, sé que vendrán mejores días por leer y situaciones fantásticas que reportear.

POR: OBED ROSAS

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