jueves, 11 de marzo de 2010

Espectros reresivos

Homenaje a  todos los estudiantes del 68, a todos los caídos bajo las dictaduras y los regimenes de opresion, a todos los que han luchado por la liberacion del pueblo del sometimiento ante mal gobierno mediante las armas, las palabras y las ideas.                  

¡Evolución de la Re-evolución!


Espectros represivos.
La esperanza de la re- evolución se adueña y se encarna en los estudiantes.
La naciente unión  penetra tajantemente en el órgano represivo de “la mano tendida”.
Estudiantes son aprehendidos, son oprimidos son atacados y son víctimas de las armas. Maquinas manipulando maquinaria armamentista.
¿Quién manipulara a quien: el policía a su arma o el arma al uniformado (ya deformado)?
La ciudad se convierte en un campo de batalla.las armas de fuego quieren acallar el grito ensordecer de la sociedad civil que protesta ante el régimen.
Las armas de los estudiantes: las ideas, sus ideas, y la unión del pueblo resultan amenazadoras para el régimen que sigue lastimándose los oídos ante los revolucionarios gritos del pueblo.
Desapariciones, muertes, encarcelamientos, suplicios abuso excesivo de poder es lo que recibe el pueblo de la invisible mano tendida.
México caminando por la obscuridad de la corrupción, de autoritarismo, México en manos de asesinos que sin recatos frenan el progreso de nuestra sociedad.
Manipulados los medios, amenazadas los periodistas, controladas las opiniones y borradas las evidencias el régimen sigue avanzando, haciendo frente con tanquetas y bayonetas, arrastrando cruelmente a quien esté dispuesto a luchar contra ellos. El espectro del fascismo ronda cada mitin y cada escuela.
¿acaso ser estudiante es ser un criminal? Penas más fuertes recibe un estudiante que un asesino.
El ser estudiante es estar humanizado. Reprimirlo es como cortarle  una pluma a las  alas que pueden conducir a México lejos de los espectros de la represión, de la corrupción y de la mediocridad y así una a una nos podemos quedar sin nada.

Por: Israel Vargas
 

Muñeca de jade

El pulque, bebida milenaria y consagrada desde la época prehispánica es amenazado ahora por la lúgubre sombra de la desaparición debido a la incesante competencia de bebidas alcohólicas en el país; todo comenzó con la campaña de desprestigio que se le hizo al sabroso néctar del maguey, la famosa muñeca hecha de caca envuelta por trapos y utilizada para su fermentación fue el arma principal de las compañías cerveceras novatas en territorio mexicano para que los paisanos comenzaran a sentir inclusive asco por el pulque y consumieran sus productos.
Pero esto, a pesar de que ahora ya es una creencia muy arraigada en todos, es sólo eso; una campaña de desprestigio llena de mentiras, en el documental La canción del pulque los mismos tlachiqueros muestran el ritual de elaboración del pulque, éstos recolectores del aguamiel comienzan su ceremonia desde la selección de maguey, el raspado del mismo y la absorción del hidrolizado, llenan sus tinajas del liquido divino y lo llevan a su templo en donde será su génesis ayudado por los canticos de sus creadores.
Para Everardo González creador del documental el encontrarse frente a frente con los orígenes de la casi extinta bebida de los dioses no fue nada fácil por obvias razones, los magueyes cada vez son menos y por lo tanto también los tlachiqueros, en las pulquerías los consagrados consumidores del pulque hicieron un tanto difícil las entrevistas del documentalista por la exacerbada alegría que les provocaba el sentir la bebida acariciándoles la garganta pero fue esta misma alegría la que ayudo a González a retratar el alegre ambiente que se vive en las casas del pulque.
Con esto la principal pretensión del documentalista no es otra más que la de crear la contra campaña de las cerveceras demostrando que si el casi nulo consumo del pulque se debe a la muñeca de caca, el consumidor puede estar tranquilo pues su elaboración no va más allá de un ritual lleno de canticos y reposo en donde el aguamiel se verá convertido en una exquisita muñeca de jade después de su despertar.

Yessica G. Huerta.